Jesús y la Política
Autor: Marcus J. Borg
Traducción: Ruth Iliana Cohan (Asociación Bíblica Argentina)
La política es el centro de las narraciones sobre Jesús. Su vida histórica terminó con una ejecución política. La crucifixión era utilizada en Roma para aquellos que rechazaban sistemáticamente la autoridad imperial, incluidos esclavos reiteradamente insolentes y subversivos que atraían seguidores. En el mundo de Jesús, una cruz siempre era una cruz romana.
Así también, el corazón de su mensaje era político: se trataba de la venida del “reino de Dios”. Estas son las primeras palabras de Jesús en Marcos, el primer evangelio, un resumen anticipado de lo que trata el evangelio y la historia de Jesús (Mc 1:14-15). Por supuesto que el mensaje de Jesús también era religioso: era un apasionado de Dios y de cómo era Dios. Esa pasión lo llevó a proclamar el Reino de Dios en sus enseñanzas y acciones.
En su mundo, el lenguaje del “reino” era político. Los oyentes de Jesús sabían de otros reinos: el reino de Herodes y el reino de Roma (tal como Roma se refería a si misma en las zonas orientales del impero). El Reino de Dios tenía que ser algo diferente a esos reinos.
El reino de Dios es para la tierra. La oración del Señor habla del reino de Dios que viene a la tierra, mientras que ya existe en el cielo. Se trata de la transformación de este mundo –cómo sería la vida en la tierra si gobernara Dios y no los señores de los sistemas de dominación.
Si Jesús hubiera querido evitar el significado político del lenguaje del reino, podría haber hablado de la “familia” de Dios, o de la “comunidad” de Dios, o del “pueblo” de Dios. Pero no lo hizo, habló del reino de Dios.
Sería un mundo de justicia económica en el que todos tendrían lo básico para la existencia material. Además, sería un mundo de paz y no de violencia. Juntos, la justicia económica y la paz son “el sueño de Dios”: la pasión de Dios por un mundo transformado.
La pasión de Jesús por el reino de Dios generaba conflicto con las autoridades. Su actividad pública comenzó después de que el gobernante designado por Roma ordenara el arresto de su mentor, Juan Bautista. El conflicto domina su historia a lo largo de los evangelios y el punto culminante llega en la última semana de la vida de Jesús, con su desafío a las autoridades en Jerusalén y su crucifixión.
Jesús también utilizó medios políticos, de la manera más dramática en dos manifestaciones políticas públicas. Primero, su entrada previamente planeada en Jerusalén sobre un burro simbolizaba un reino de paz en el que las armas de guerra serían desterradas. En segundo lugar, acusó públicamente al templo de ser “una cueva de bandidos” porque se había convertido en el centro de colaboración con el gobierno e impuestos imperiales romanos (Mt 21:13; Mc 11:17; Lc 19:46).
La pasión de Jesús por el reino de Dios lo condujo a su pasión en el sentido más estricto de la palabra: su arresto, sufrimiento y muerte. Este es el sentido político del Viernes Santo. La Pascua también tiene un significado político: significó que Dios decía sí a la pasión de Jesús por un mundo transformado y no a los poderes de dominación que lo mataron. Por su puesto, el Viernes Santo y la Pascua tienen más que un significado político, pero no menos.
Bibliography
- Crossan, John Dominic, and Jonathan Reed. Excavating Jesus. San Francisco: HarperSanFrancisco, 2001.
- Wink, Walter. Jesus and Non-Violence. Minneapolis, Minn.: Fortress Press, 2003.
- Borg, Marcus. Jesus: Uncovering the Life, Teachings, and Relevance of a Religious Revolutionary. San Francisco: HarperSanFrancisco, 2006.